Comienza este lunes la Semana Mundial de la Lactancia Materna, bajo el lema “Amamantar y trabajar, ¡logremos que sea posible!”.
El lema de este año busca empoderar y apoyar a todas las mujeres que trabajan en los sectores formales e informales, para que puedan combinar su trabajo y la crianza de sus hijos e hijas y, en particular, para que el trabajo fuera de la casa no sea un impedimento para amamantar.
La clave para una buena práctica de amamantamiento es tener apoyo cotidiano permanente tanto en casa como en la comunidad. Dentro de todos los beneficios que otorga la lactancia materna, uno protege el bebé contra el sobrepeso u obesidad en la infancia.
Además, no dar el pecho aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares e hipertensión de la madre, con un mayor riesgo también de diabetes, hiperlipidemia, y síndrome metabólico.
La lactancia materna tiene “un papel primordial en el desarrollo del peso corporal y el metabolismo, tanto para el bebé como para la madre. Por ende, su promoción y puesta en práctica puede ser un elemento clave en la prevención de la obesidad y de las enfermedades metabólicas concomitantes en todas las etapas de la vida”. De allí que se debe apoyar a las mujeres a “mantener la lactancia materna exclusiva durante, al menos, los 6 primeros meses de vida, favoreciendo asimismo las condiciones laborales para su práctica”.
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