Una pareja se casó en un cementerio. La novia entró al recinto vistiendo el tradicional vestido blanco, y el novio la esperaba al otro extremo del pasillo, frente a un entramado decorativo que bloqueaba la vista de las tumbas.
Aunque parezca una rareza, las bodas en los salones de camposantos privados están tomando auge en Estados Unidos. La caída de la rentabilidad en ese negocio obligó a los empresarios a ampliar servicios, brindando el alquiler de sus salones a menor precio en comparación a los existentes en el mercado.Dicen los funebreros que las costumbres en relación a la muerta van cambiando desde la pomposidad al simplismo, mientras que otros optan por la cremación.
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