Técnicos del INTA Casilda crearon una máquina de siembra directa de pequeña escala, capaz de cultivar granos finos y gruesos. Además, cuida el agua y el suelo y lleva a cabo prácticas productivas sustentables. Se trata de Suri, que ya fue probada en lugares como Abra Pampa, provincia de Jujuy, y en Trelew, Chubut, dado que se adapta a diferentes regiones y tipos de suelo.
La idea de fabricarla surgió a partir de la necesidad de proveer a los pequeños productores de una tecnología adaptada a la escala de la agricultura familiar, que tuviera las características y los estándares de calidad de las maquinarias utilizadas en la región pampeana.
“Hicimos la máquina para sembrar pasturas en esa enorme Argentina seca que equivale al 65% del territorio nacional y donde debemos conservar el suelo y el agua, sea de riego o de lluvia”, remarcó Fernando Martínez, jefe del INTA Casilda y principal responsable de la innovación.
La sembradora pesa apenas 480 kg y puede tirarse con un pequeño tractor o un caballo. También siembra y fertiliza en distintas combinaciones, incluso en simultáneo. Según Martínez, esta maquinaria vino a ocupar un nicho vacante en el mercado de tecnologías agrícolas y su modelo más simple tiene un valor de 30 mil pesos.
“Es una máquina que lleva a cabo cualquier tipo de siembra, a cualquier distancia, con equipos de fertilización y dosificadores es de avanzada para la agricultura familiar”, describió el empresario Mario Diociaiutti, titular de Nova Siembra, la empresa que la fabrica.
La mini sembradora tiene marcadores que acompañan la tarea de los abresurcos y un asiento para que otra persona, además del conductor de la máquina, guíe a los animales. Para llevar a cabo todas las funciones con normalidad, esta tecnología insume entre 130 y 140 kg de fuerza, lo cual equivale a una potencia de 10 u 11 hp y alcanza una velocidad de 3,5 km por hora.
La máquina tiene tres modelos diferentes que varían en precio de acuerdo con la complejidad de sus componentes. La configuración más barata, pensada para el cultivo de forrajeras y de granos finos, cuesta 30 mil pesos. Por su parte, el montaje especializado para la siembra de granos gruesos tiene un valor de 50 mil pesos. La modalidad de cooperativa o de asociación entre familias son alternativas para adquirir la máquina.
“La agricultura familiar era un nicho interesante para el desarrollo de tecnologías, si se piensa que por cada productor de gran escala hay dos o tres productores familiares”, señaló Martínez. En la Argentina, ese sector genera el 20% del producto bruto nacional agropecuario y representa el 53% del empleo total en el sector.
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