En lo que puede interpretarse como una apertura por parte de la jerarquía de la Iglesia Católica, el ministro del Vaticano para la familia, monseñor Vincenzo Paglia, presidente del Pontificio Consejo de la Familia, defendió a la familia tradicional pero reconoció derechos para las parejas “de facto”, homosexuales o no.
Al respecto, Paglia señaló la necesidad de que el Estado de soluciones en el ámbito del Código Civil para garantizar cuestiones patrimoniales y facilitar condiciones de vida a fin de impedir injusticias con los más débiles.
Aunque remarcó que el matrimonio entre un hombre y una mujer es el elemento fundante de la sociedad, manifestó su total oposición a formas de discriminación contra los homosexuales en algunos países, en particular en Oriente Medio y Africa. “En varios países la homosexualidad es considerada un delito. Hay que combatir ello”, dijo.
En tanto, condenó la aprobación de la adopción por parte de parejas de mismo sexo. "La Iglesia conoce el precio de lo que es una familia sin hijos, de los ancianos solos y los enfermos. La familia se ha transformado a lo largo de decenios, pero nunca vamos a abandonar su genoma, es decir que está formada por un hombre, una mujer y sus hijos”, recalcó.
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